Dia 1
Rendición: Primer paso hacia la mayordomía generacional

“El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos…” Proverbios 13:22

Reflexión:

Toda buena siembra comienza con una decisión: rendir el control a Dios.

La mayordomía y generosidad no inicia cuando damos una ofrenda, sino cuando reconocemos que nada nos pertenece, que todo lo que tenemos viene de Dios y es para Él.

Cuando nos rendimos, no perdemos, todo lo contrario, ganamos libertad. Dejamos de vivir desde el “yo” y comenzamos a vivir desde el nosotros y desde la obediencia, confiando en que Dios puede hacer más con lo poco que le entregamos, que con lo mucho que intentamos controlar.

Jesús nos enseñó este principio en el Getsemaní cuando oró: “No se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Esa rendición cambió el rumbo de la humanidad. Así también, nuestra rendición hoy, por pequeña que parezca, puede bendecir generaciones.

Oración:

Señor, hoy me rindo a Ti. Reconozco que todo lo que tengo proviene de tu mano. Enséñame a vivir como administrador fiel, con un corazón obediente y confiado. Que mi rendición de hoy siembre un legado eterno para los que vienen detrás de mí. En el nombre poderoso de Jesus.

Aplicación del día:

• Les invito a tomar unos minutos hoy para orar en familia.
• Hagan una lista de lo que desean rendir a Dios durante esta campaña de generosidad.
• Recuerda: Rendirse no es perder, es confiar.
  

Dia 2
Rendir el corazón antes que la ofrenda

““Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.” Proverbios 23:26

Reflexión:

Antes que cualquier compromiso, Dios quiere nuestro corazón. La verdadera mayordomía no comienza con lo que damos, sino con quién gobierna nuestro interior, “corazón” y pensamientos.

Cuando rendimos el corazón, o sea nuestro ser, pensamientos y el asientos de nuestras emociones, lo demás fluye en obediencia. No hay resistencia a la generosidad, al perdón o al llamado, porque el corazón ha sido conquistado por Dios. Él no nos exige algo que no ha entregado primero: nos dio Su corazón en Cristo. Rendirle nuestro corazón a Dios es permitirle transformar nuestras motivaciones.

Oración:

Señor, quiero darte más que mis palabras o mi esfuerzo: hoy te entrego mi corazón. Examina mis intenciones, purifica mis pensamientos y guíame en tus caminos. Que todo lo que haga fluya de un corazón rendido a ti. En el nombre de Jesús, amén.

Aplicación del día:

• Haz una oración personal entregándole tu corazón a Dios en tus propias palabras.
• Reflexiona: ¿Hay áreas donde aún estás reteniendo el control?
  

Dia 3
La rendición libera propósito

“Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” Mateo 16:25

Reflexión:

Muchas veces, buscamos proteger nuestra comodidad, nuestros planes y seguridad, pero en el Reino de Dios, rendirse es el camino para encontrar el verdadero propósito.

Cuando sueltas tus propias ideas de éxito y tomas el plan de Dios, descubres lo que realmente vale. La rendición nos posiciona para vivir con enfoque y significado. Al rendirnos no perdemos, cuando nos rendimos encontramos la mejor versión de nuestra vida; la que la que Dios diseñó.

Oración:

Padre nuestro, gracias por tener un propósito eterno para mi vida. Hoy decido dejar mis planes y abrazar los tuyos. Ayúdame a confiar y a entender que tu voluntad siempre es mejor que la mía. Lo declaro y lo creo en tu nombre amado Señor. Amen.

Aplicación del día:

• Escribe tres áreas de tu vida donde deseas que se cumpla el propósito de Dios.
• Pídele dirección al Señor para soltar lo que no se alinea con Su voluntad.
  

Dia 4
Rendir lo pequeño también es fe

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel.” Lucas 16:10



Reflexión:

A veces pensamos que rendir a Dios tiene que ver solo con grandes decisiones, pero Él también nos observa en nuestro diario vivir y en las cosas cotidianas. Rendir lo pequeño, como el tiempo, los hábitos, las decisiones diarias es parte vital de nuestra fidelidad.

La rendición diaria forma el carácter y abre camino para que Dios nos confíe cosas mayores. Cada pequeño paso en obediencia cuenta para el Reino. No subestimes las cosas pequeñas y lo que aparenta ser insignificante. Rendir lo pequeños es también un acto de fe.

Oración:

Señor, quiero ser fiel en lo poco. Ayúdame a rendirte mis rutinas, mi actitud, mis palabras y decisiones diarias. Que todo lo pequeño que te ofrezca hoy tenga valor eterno. Amen.

Aplicación del día:

• Identifica un “pequeño” hábito que puedas rendir hoy a Dios.
• Escríbelo y ora sobre ello al finalizar el día.
  

Dia 5
Rendirse es confiar en Su provisión

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19

Reflexión:

Uno de los temores más comunes al rendirse es pensar: ¿Y si no tengo suficiente?

Tenemos que recordar que rendirse a Dios no es quedar desprotegido. Rendirse a Dios es estar bajo Su cobertura y provisión.

Cuando decides soltar lo que tienes, Dios activa lo que Él ya ha preparado. Lo que para ti puede ser pérdida, para Dios es semilla. Y toda semilla en Sus manos se multiplica.

Oración:

Dios, renuevo mi confianza en tu provisión. Aunque no siempre entienda el camino, sé que tú cuidas de mí. Hoy te entrego mis temores y mis necesidades. Provee conforme a tu fidelidad. En el nombre de Jesús, amén.

Aplicación del día:

• Haz una lista de las áreas donde necesitas confiar más en la provisión de Dios.
• Ora por cada una y declara Filipenses 4:19 sobre tu vida.
  

Dia 6
RedInción

Hoy dedicaremos este espacio para reflexionar sobre cada uno de los devocionales que vimos durante la semana. Luego, en unidad como familia, oraremos agradeciendo a Dios por lo que nos enseñó en cada tema. También pediremos que el Señor prepare nuestros corazones y espíritus para recibir su Palabra el día de mañana.

Devocional 1: Rendición: Primer paso hacia la mayordomía generacional
Devocional 2:  Rendir el corazón antes que la ofrenda
Devocional 3:  La rendición libera propósito
Devocional 4:  Rendir lo pequeño también es fe

Devocional 5:  Rendirse es confiar en Su provisión

Devocional 6: Repaso de la semana