Sacrificio: El Camino para Bendecir el Futuro
Sacrificio: El Camino para Bendecir el Futuro
Serie Generaciones: Campaña de Generosidad y Mayordomía
“Sembrando hoy, bendiciendo el mañana”
Proverbios 13:22 – “El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos…”
El testimonio de Raúl nos recuerda algo poderoso: el sacrificio abre puertas a una vida nueva y establece legado eterno. Su historia refleja lo que todos necesitamos aprender: que el verdadero sacrificio siempre deja huellas más allá del momento presente.
Antes de hablar de nuestros recursos, recordemos el mayor sacrificio de todos los tiempos: el que Dios hizo al entregar a su Hijo Jesucristo. La Biblia dice: “De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito…” (Juan 3:16). Cristo no dio lo que le sobraba, dio lo más valioso: su vida. Lo hizo porque veía más allá del dolor, miraba la victoria futura: la salvación de la humanidad (Hebreos 12:2). Su sacrificio abrió la puerta a la vida eterna.
¿Qué es el sacrificio verdadero
David dijo: “No ofreceré al Señor lo que no me cueste” (2 Samuel 24:24). Sacrificio significa entregar algo que nos cuesta. No es pérdida, es inversión en lo eterno. Es un acto de confianza que reconoce que lo que pongo en manos de Dios tiene un propósito mayor que mi comodidad presente.
Tres expresiones del sacrificio
- Sacrificio como ofrenda: Abraham estuvo dispuesto a entregar a Isaac (Génesis 22:1-2). La ofrenda que cuesta siempre está acompañada de fe.
- Sacrificio como abstención: Moisés renunció a privilegios para obedecer a Dios (Hebreos 11:26). A veces debemos soltar lo bueno para abrazar lo mejor.
- Sacrificio como esfuerzo: La iglesia primitiva creció porque compartió y se esforzó juntos (Hechos 2:42-47). La generosidad fue parte de su discipulado.
Principios espirituales
No todos damos lo mismo, pero todos podemos sacrificar algo (2 Corintios 8:12). La bendición no está en la cantidad, sino en la fe y el corazón con que se entrega (2 Corintios 9:7).
Mentalidad de mayordomía
Dios nos hizo mayordomos desde el principio (Génesis 1:26-31). Todo lo que tenemos proviene de Él. Cuando damos, no estamos perdiendo, estamos sembrando un legado. La semilla que hoy parece pequeña es inversión en las generaciones que vendrán.
Llamado al compromiso
Hoy, al dedicar una vida nueva en nuestra congregación, recordamos que la mejor herencia no es solo educación o seguridad material, sino fe en Cristo. Ese es el legado más duradero. La próxima semana tendremos nuestro Domingo de Compromiso. No se trata de dinero, se trata de fe. Lo que sembremos hoy será la celebración de mañana.
Cristo nos mostró el camino del sacrificio. Ahora nos toca a nosotros responder con entrega y confianza, sembrando no solo para nuestro presente, sino para el futuro de nuestras generaciones.
Declaración final:
Sacrificio: Sembrando hoy, bendiciendo el mañana.

